Todo el mundo tiene una historia que nos puede romper el corazón. Pero la vida puede ser hermosa en el quebranto. Algunas personas deciden permanecer en el sufrimiento, mientras que otras lo aceptan y hacen su camino para transformarlo en algo hermoso.
Por ejemplo, vayan a visitar un hospital de vez en cuando. Puede que haya una persona en urgencia gruñendo y gritándole a las enfermeras para que se apuren y le compongan un brazo roto. Después puede que vayan arriba al servicio de oncología, y allí se encuentren con una mujer sin cabello sentada en su cama, sonriendo durante las últimas pocas horas que le quedan de vida.
Todos tenemos heridas… heridas físicas, heridas emocionales, heridas mentales, heridas espirituales quizás…pero no tenemos por qué vivir con estas heridas todos lo días. Cuando uno tiene fe, uno cree en la posibilidad de que Dios tenga más reservas de vida guardadas.
La belleza del quebranto es que hay esperanza que de eso pude resultar algo grandioso. Cuando estamos sufriendo, estamos más dispuestos a dejar que Dios repare nuestro corazón. Y la reparación que Dios hace es mucho más firme que cualquier otra a la cual podamos confiar nuestro corazón.
Lo bello de los problemas familiares que tuve en mi niñez, es que puedo relacionarme bien con los otros que sufren por relaciones rotas.
Lo bello de vivir con una enfermedad neurológica rara e incurable, es que me ha ayudado a ser empática con otros que también sufren a causa de enfermedades.
Lo bello del quebranto y el dolor que he sufrido es que ha dado como resultado cicatrices en mi corazón donde Dios ha puesto cada pedazo en su lugar. Esta cicatrices me recuerdan de las lecciones aprendidas y que Dios puede reparar cualquier cosa que le des.
Puede que ahora no puedas ver la belleza de una situación dolorosa, pero recuerden que somos como Job, quien no sabía o no entendía lo que hacía Dios. Job tenía su vida hecho trizas, sus hijos, su riqueza, su salud y Dios no respondía incluso cuando Job lo increpaba para saber el motivo de su sufrimiento. A pesar de todo esto, Job decidió confiar absolutamente en Dios aunque él no podía sentir ninguna belleza en su quebrantada situación.
Puede que ustedes también tengan problemas para ver la belleza en su situación dolorosa, pero como dice el conocido canto de alabanza a Dios, ' Tú transformas el barro en algo hermoso, Tú haces de nosotros seres grandiosos'.
Stephan Hoeller dijo, 'Una perla es algo hermoso que proviene de una vida dañada. Es la lágrima (que resulta) de la ostra herida. El tesoro de nuestra estadía en este mundo también es producto de una vida herida. Si no hubiésemos sido dañados, si no hubiésemos sido heridos, no daríamos como resultado la perla'.
Nosotros somos las perlas.
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